Leyendo la famosa obra de Marcuse, "El hombre unidimensional" he encontrado una idea bastante interesante, que desarrollaré de una manera más resumida y simplificada:
Marcuse dice que la sociedad actual ha desarrollado una capacidad alucinante para contener los cambios sociales, para no realizar transformaciones en las instituciones (tengamos un pequeño recuerdo para Foucault y los dispositivos). El bipartidismo, el interés nacional, la devaluación del pluralismo y la colusión del capital dan muestra de la unión de los opuestos (burguesía y proletariado). Marcuse considera esta unión resultado y requisito indispensable para que se de esa contención del cambio social, de la revolución.
Al igual que Marx, dice que la historia ha estado fuertemente marcada por las relaciones entre las dos clases, la dominante y la dominada (burguesía y proletariado); pero la llegada del capitalismo moderno ha unido a estos dos agentes sociales e históricos, que ya no se comportan como tal. Están unidos en el interés que ambas clases (que siguen siendo las clases básicas de la sociedad actual) tienen por la manutención de estas instituciones sin transformarlas (una transformación que debería ser en base a las necesidades de la población subyacente).
Como se da esta ausencia de los factores histórico-sociales opuestos con fines diametralmente distintos, todas las alternativas se ven como irreales y no se produce el cambio en la sociedad.
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